Los sueños son representaciones de sucesos e imágenes recreadas en nuestra mente mientras dormimos. Muchos se conectan con personas o situaciones de la vida real y pueden hacernos experimentar diferentes tipos de emociones.
Todos hemos tenido la experiencia de soñar, aunque muchos los olvidamos al despertar, otros podemos recordarlos vagamente o con bastante claridad. Además aunque a veces pueden ser confusos e incoherentes, otros también pueden ser lógicos y racionales.
Existen diferentes teorías sobre por qué soñamos, e incluso la comunidad científica ha intentado comprender mejor las razones por las que los experimentamos, y/o si tienen algún propósito o implicación en nuestra salud física o mental.
Así los investigadores han concluido que existen dos fases del sueño, según la existencia o no del movimiento rápido de ojos o REM. Los sueños que recordamos al despertar de la fase No REM están vinculados a preocupaciones de la vida diaria y son principalmente pensamientos.
Por el contrario los sueños de la fase REM (Rapid Eye Movement) son por lo general, más dinámicos, largos, nítidos, emocionalmente más cargados y menos vinculados con nuestra vida real.
En cuanto a las funciones de los sueños, los científicos no han logrado ponerse de acuerdo. Algunos creen que son deseos reprimidos, otros que desempeñan un papel en la consolidación de la memoria.
Otros plantean que lo que consolida los sueños es la actitud o la preparación para actuar. Mientras que algunos creen que es una elaboración cognitiva que busca dar coherencia a los estímulos generados por las funciones fisiológicas.
Cabe destacar que en un estudio relacionado, los investigadores descubrieron que las personas que no se les permitió soñar, porque fueron despertadas justo antes de entrar a la fase REM, mostraron síntomas como ansiedad, dificultad para concentrarse y depresión.
Algunos sueños pueden parecer mágicos, porque nos proporcionan una sensación agradable o una especie de escape de una realidad no tan grata. Otros en cambio, los que llamamos pesadillas, pueden ser amargos, y provocar una gran angustia o ansiedad.
El reconocido psicólogo Sigmund Freud, consideraba que los sueños son un reflejo de deseos inconscientes, así como pensamientos y motivaciones reprimidos. Así, por medio de estos, de cierta manera podemos satisfacer aquellos deseos considerados inaceptables por la sociedad.
Muchos piensan que los sueños ponen de manifiesto miedos y preocupaciones profundas. Sobre todo aquellos sueños que se repiten recursivamente, y que podrían ayudar a comprender mejor nuestras emociones.
De hecho, en un estudio en el que se le pidió a 15 personas con buenos hábitos de sueño que suprimieran un pensamiento no deseado cinco minutos antes de dormir, señaló un aumento de los sueños sobre el referido pensamiento y una tendencia mayor a sueños angustiantes.
Otras investigaciones sugieren que ciertos estímulos externos, como la música o el olor, pueden tener un efecto notable en el contenido emocional de los sueños.
Hay sueños que muchas personas reportan haber experimentado de manera similar, como el ser perseguido o experimentar una caída. Se cree que este tipo de sueños son provocados por el estrés y/o la ansiedad, o están vinculados con conflictos interpersonales.
Por otro lado se han planteado hipótesis de que los sueños relacionados con volar, encontrar dinero o comer algo delicioso, podrían estar vinculado con motivaciones de índole sexual.
Otro tema onírico que es bastante común es el de estar desnudo o desnuda en un lugar público, fallar alguna prueba, llegar tarde a un lugar o perder los dientes. A estos sueños se les asocia con temor a la vergüenza o las preocupaciones sociales.
Desde épocas antiguas, muchas personas creen que los sueños tiene un carácter simbólico. Ya que incluso en la biblia se hace referencia a sueños que fueron mensajes o revelaciones proféticas de Dios.
Ejemplo de esto lo encontramos cuando el profeta Daniel tuvo un sueño con bestias que representaban gobiernos poderosos. También fue mediante un sueño que Dios indicó a José que huyera a Egipto con María y Jesús, para evitar que el niño muriera en manos de Herodes.
Cabe mencionar también que, aunque no siempre recordamos lo que soñamos, o no los recordamos exactamente como los tuvimos, muchas veces tienen un efecto sobre nuestro estado de ánimo.
Pero la interpretación de los sueños no es una ciencia exacta, pues su contenido por lo general no es explícito. Además de que regularmente el significado es subjetivo, es decir, depende de la realidad y las emociones de la persona que sueña.
En psicología, se suele recurrir a la interpretación de los sueños principalmente cuando aparecen sueños repetitivos que producen un impacto importante en la vida de los pacientes.
Los sueños recurrentes son aquellos que se repiten una y otra vez. Puede que en estos la secuencia sea idéntica, o se produzca un hecho específico repetido en diferentes escenarios.
La frecuencia de estos sueños son variables, y en algunos casos pueden ser positivos y neutrales, o desagradable e incluso provocar problemas de insomnio por el miedo a volver experimentarlo.
En todo caso este tipo de sueños normalmente se originan en un conflicto no solucionado. Una manera en la que nuestro subconsciente intenta llamar nuestra atención para que tomemos acción y logremos resolverlo.