En la mitología griega, el minotauro era una criatura violenta, salvaje e incontrolable, que tenía la cabeza de un toro y el cuerpo de un hombre.

Cuenta la leyenda que la criatura mítica encontró la muerte en manos del héroe Teseo, quien después de matarlo, logró salir con vida del laberinto en donde habitaba la temida bestia.

En el arte clásico, el minotauro fue representado comúnmente con el cuerpo de un humano, mientras que su cabeza y cola eran como las de un toro.

En Creta se han encontrado monedas con cabeza de toro en una de sus caras y un laberinto en el reverso. Por lo que posible que este mito fuera muy popular o tuvo algo de verdad en algún momento.

El monstruo también ha aparecido en numerosas representaciones a lo largo de la historia. En una amplia variedad de cerámicas antiguas, se solía mostrar a Teseo luchando con el Minotauro.

El tema alcanzó gran popularidad en las diferentes formas de arte. Posiblemente porque se trata de un mito que encarna la clásica rivalidad entre lo salvaje y la cultura o civilización.

¿Cual es el nombre del minotauro?

El término minotauro, comenzó a usarse como nombre común para criaturas con cabezas de toro a partir del siglo XX, pero es una palabra derivada del griego antiguo. La cual está compuesta por el nombre Minos y el sustantivo toro (Toro de Minos).

El poeta romano Ovidio describió al temible minotauro como un ser “mitad hombre y mitad toro”. Este se alimentaba de jóvenes, y en Creta era conocido por su nombre propio Asterión, que quiere decir “el estrellado”, sugiriendo una relación  con la constelación de Tauro.

Origen del minotauro

Según el mito griego, el rey de Creta, Asterión, esposo de Europa, crio como suyos a los tres hijos que ella tuvo con Zeus: Minos, Sarpedón y Radamante.

Al morir el rey, no estaba claro quien le sucedería. Entonces Minos proclamó que él debía ascender al trono, y para demostrar el apoyo de los dioses, aseguró que él podía pedirles lo que quisiera y le sería concedido.

Fue así como mientras ofrecía un sacrificio a Poseidón, pidió que un toro surgiera de las profundidades del mar. El cual sacrificaría al dios en cuanto apareciera.

Poseidón concedió la petición a Minos, con lo cual este se convirtió en rey. Pero en lugar de cumplir su promesa, conservó el toro para sí mismo, enfureciendo al iracundo señor de los mares. Quien en castigo, hizo que la esposa del rey se enamorase apasionadamente del toro.

Otras versiones del mito, dicen que fue Afrodita quien maldijo a la reina Pasífae infundiéndole el perverso deseo por el animal. Mientras que en otros casos, señalan que Poseidón pidió ayuda a Afrodita para vengarse de Minos.

En todo caso, Pasífae obtuvo la ayuda de Dédalo e Ícaro para conseguir copular con el toro del mar. Fue así como dio a luz al minotauro, al que llamó Asterión, y al que cuidó y amamantó mientras fue un ternero.

Al crecer, dado que no era hombre ni bestia, Asterión comenzó a devorar humanos y se hizo cada vez más violento y feroz. Por lo que el rey ordenó a Dédalo construir un gran laberinto en el cual confinarlo.

El mito del minotauro ha sido representado en numerosas obras de arte | Pixabay

La leyenda del minotauro y el laberinto

Durante la construcción del laberinto, Androgeo, el hijo del rey Minos, falleció. Algunas fuentes sostienen que murió en manos de atenienses que envidiaban su destreza. Mientras que otras afirman que el rey acusó a los atenienses por su muerte en manos del toro de Maratón.

El mito dice que el rey Minos navegó hasta Atenas y asedió la ciudad para exigir un precio por la muerte del príncipe. El cual consistía en un tributo de siete jóvenes y siete doncellas. Los cuales eran enviados al laberinto para ser devorados por el minotauro.

Después de consultar el oráculo de Delfos, los atenienses convinieron en que lo mejor para ellos era acceder a la petición del rey de Creta, quien solo entonces se retiró a su hogar.

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Existen diferencias en cuanto a cada cuanto debía hacerse el referido tributo, pero la leyenda dice que en la tercera remesa de jóvenes, el hijo del rey Egeo, Teseo, se ofreció como voluntario, proclamando que él mataría al minotauro.

Al llegar a Creta, las hijas de Minos, Fedra y Ariadna se enamoraron perdidamente de Teseo. Entonces Ariadna, temiendo por su vida, ideó la manera de ayudarlo. Para lo cual suplicó a Dédalo que le explicara de qué manera se podía escapar del laberinto.   

Después, entregó a Teseo un ovillo de lana antes de que entrara en el laberinto. Entonces él ató un extremo a la puerta y continuó adentrándose en el laberinto para encontrar a la bestia.

¿Que explica el mito del minotauro sobre su muerte?

También en la manera en la que murió el minotauro hay muchas versiones. Se dice que Teseo acabó con él a fuerza de puñetazos. Pero también se cree que lo eliminó clavándole su propio cuerno o una daga que le había entregado Ariadna.

Una de las versiones incluso decía que Teseo había robado la espada de Egeo, y era con esta con que le habría arrebatado el último aliento al minotauro.

Lo cierto es que, a diferencia de los otros que ingresaron al laberinto antes que él, una vez muerta la criatura, Teseo pudo encontrar la salida del laberinto fácilmente. Gracias al ovillo de lana que le había proporcionado Ariadna.

Después que salió del laberinto y liberó al resto de los jóvenes atenienses, Teseo se embarcó con Ariadna y Fedra. Pero dejó a Ariadna en la isla de Naxos. Según algunas versiones, por orden de Dionisio, que deseaba casarse con Ariadna.

Teseo entonces regresó a casa con Fedra como su esposa. Sin embargo, olvidó la promesa de que llevaría velas blancas si cumplía su objetivo de matar al minotauro. Cuando el rey Egeo vio aproximarse el barco con velas negras, creyó muerto a Teseo y se arrojó desde un acantilado.