Una momia es un cadáver animal o humano que, por alguna razón, resiste el proceso natural de descomposición. Por lo que sus tejidos se preservan durante un largo período de tiempo, reflejando una morfología bastante similar a la que tuvo en vida.

El proceso de creación de una momia es lo que se conoce como momificación. Existen básicamente tres tipos: la momificación natural que es espontánea o accidental, la momificación artificial, también llamada intencional o antropogénica, y la momificación natural inducida.

Esto puede suceder en determinadas circunstancias, que pueden ser muy variables, pero que de alguna manera dan lugar a la conservación prolongada de componentes orgánicos como piel, cabello, órganos internos, etc.

La momificación natural se puede producir por factores del medio ambiente físico como la desecación, la anaerobiosis, la congelación, entre otros. Mientras que en la momificación artificial es necesaria la intervención humana y el empleo de alguna técnica especial como el embalsamamiento o la plastinación.

La momificación natural inducida por su parte, se produce cuando un grupo aprovecha sus conocimientos sobre lugares o situaciones que propician la momificación natural, para realizar alguna acción específica que permita evitar la descomposición de sus muertos.

Las momias, de las cuales se han encontrado en muchos lugares alrededor del planeta, siempre han causado gran fascinación entre las personas. Especialmente las más antiguas, pues gracias a su estudio podemos dar respuesta a muchas preguntas sobre el pasado.

Las momias más antiguas de las que se tiene conocimiento hasta ahora, son las denominadas Chinchorro, que se encontraron en el desierto de Arica al norte de Chile. Aunque son las egipcias, mucho más recientes, las más conocidas y numerosas.

Entre las momias antiguas naturales más recientemente halladas se encuentran las de la cuenca de Tarim. Las cuales datan de entre el 2000 y 200 d.C.

Momias chinchorro

Fueron descubiertas por el arqueólogo Max Uhle en la franja costera del norte de Chile entre 1909 y 1917. Muchas fueron creadas de manera artesanal, aunque otras son producto de la desecación de los cadáveres provocada por la arena del desierto de Atacama.

Gracias a la datación con radiocarbono, se determinó que estas son las momias artificiales más antiguas del planeta. Pues anteceden por al menos 2.500 años a las embalsamamientos egipcios más tempranos.

Los investigadores creen que estas comunidades nómadas que vivían de la caza y la recolección, hacían un complejo ritual en el que retiraban la piel y extraían los órganos de sus fallecidos.

Para luego articular el esqueleto limpio, reforzarlo con estacas y fibras, y recubrirlo con una capa de arcilla que después pintaban con una pintura de manganeso recogido en la playa. Estos preparativos evolucionaron con el tiempo, siendo el negro el más antiguo.

En ese período las momias llevaban máscaras con caracteres faciales modeladas que tenían una expresión pacífica de ensueño. Luego este estilo desapareció de forma paulatina para dar paso al estilo rojo, en el que las máscaras presentaban ojos y boca abiertos.

A diferencias de las momias negras y rojas, en las que se observaba indicios de que eran movilizadas, las momias de la sociedad chinchorro de fines del segundo milenio a.C. eran cubiertas con una capa de barro y eran enterradas hasta que desapreció la momificación intencional poco después.

Momias de Egipto

Las momias egipcias más antiguas eran momias naturales. Las cuales datan del IV a.C. y fueron el resultado del efecto desecante de la arena caliente del desierto, que al eliminar la humedad frenaba el proceso de putrefacción.

Cuando los cadáveres comenzaron a introducirse en un ataúd y se perdió el contacto con la arena, se hizo necesario crear nuevos métodos de preservación. Fue así como surgieron los embalsamadores, quienes al principio se encargaban de momificar solo al faraón, sus familiares, cortesanos y oficiales.

Posteriormente la momificación se generalizó, apareciendo una gran cantidad de talleres, cuyos trabajos era de calidad variable, probablemente dependiendo del presupuesto de los clientes.

Se sabe que la primera fase de momificación, la purificación del difunto, tomaba tres días y debía hacerse con rapidez, debido a que las altas temperaturas de Egipto aceleraban la descomposición.

El historiador griego Heródoto aseguró que en primer los embalsamadores extraían el cerebro del cuerpo y en su lugar vaciaban un líquido resinoso que se solidificaba al enfriarse. Después extraían los órganos mediante una incisión lateral en el lado izquierdo del abdomen, a excepción del corazón deliberadamente dejado en su lugar.

Posteriormente eliminaban toda la humedad del cuerpo con natrón en estado sólido. Un poderoso desecante con el que se cubría el cadáver completamente por dentro y por fuera alrededor de 40 días.

Para que el cuerpo recuperase elasticidad después de la deshidratación, por cerca de 30 días  se le cubría con aceites y resinas. Los cuales además de prevenir el ataque de insectos también tenían un buen olor.

El último paso, el del vendado, tomaba aproximadamente 15 días. Empleaban tejidos de lino, cuyo número y calidad dependía del status del fallecido. En todo caso las parte del cuerpo se envolvían por separado y luego todo el cuerpo de manera compacta. 

Las momias egipcias son muy conocidas y numerosas | Pixabay

¿Es real la maldición de la momia? 

La maldición de la momia, o más específicamente la denominada maldición de Tutankamón, surgió en 1922. Cuando el hombre que financió la excavación que condujo al descubrimiento de la tumba falleció en extrañas circunstancias.

Aunque lo más probable es que el hombre haya fallecido debido a la enfermedad provocada por un mosquito, los rumores sobre una supuesta maldición se esparcieron rápidamente en lso periódicos de todo el mundo.

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En realidad, la asociación de las momias con maldiciones existían desde antes del descubrimiento de la tumba del rey Tut. No obstante, la literatura de ficción, así como los medios de comunicación, las películas, y ahora el internet han mantenido viva la leyenda e incluso la han hecho crecer progresivamente.

Especialmente el cine fue un gran catalizador de la popularidad de las leyendas de maldición de las momias. Pues desde la primera película inspirada en este tema “La momia”, producida por Universal Estudios en 1932, son varios los filmes que hacen referencia las enigmáticas momias en el transcurso de los años.